Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades bucales afectan a la mitad de la población mundial. En España, la gente gasta más de miles de euros al año en problemas relacionados con una mala salud dental.
La enfermedad de las encías es un efecto secundario de una mala higiene bucal. Si bien todos sabemos que una rutina regular de higiene bucal que incluya cepillarse los dientes, usar hilo dental y visitar al dentista dos veces al año… ¡Lo que la mayoría de nosotros no nos damos cuenta es el papel que juega nuestra lengua en nuestra salud bucal! Nuestra lengua no sólo puede albergar bacterias que provocan el mal aliento, sino que también puede ser un recipiente para que se pudran bacterias problemáticas. Esta bacteria puede interactuar fácilmente y erosionar el esmalte e incluso provocar enfermedades de las encías. Por eso es importante tomar las medidas necesarias para conseguir que tengamos una lengua limpia y sana.
Es probable que varios de tus pacientes enfrenten ansiedad dental cuando acudan a tu consulta. De hecho, un estudio reciente de 18.000 personas mostró que el 61% de ellas sentía al menos algún tipo y nivel de ansiedad ante las visitas al dentista.
La ansiedad del paciente puede agravarse a lo largo de días, semanas y meses, lo que podría afectar la capacidad del personal de su consultorio dental para brindar los mejores servicios a estas personas, pero existen varias formas de ayudar a los pacientes a lidiar con su ansiedad dental.
Debes haber escuchado a la gente decir que “eres lo que comes”. Si visitas tu clínica dental de confianza, tu dentista te dirá lo mismo. ¿Por qué? Porque los alimentos que eliges y la frecuencia con la que los comes pueden afectar tu salud bucal. Veamos ahora cómo tus hábitos alimentarios pueden afectar tu salud bucal.